OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

viernes, 3 de febrero de 2012

Wislawa Szymborska (1923-2012) II



Lo más complicado fue aprender su nombre, una combinación silábica estrambótica para una hispanohablante. Pero no fue difícil y sí adictivo entrar a la casa de su poesía. Maestra de poetas, modelo, construyó lo que yo llamo una Letra de Molde: leerla es incorporarla y no olvidarla jamás Amó los gatos y todo lo excepcional. En su poema Fin y principio dejó su receta: qué se debe hacer después de una guerra. Aprendió español con la idea de leer a Cervantes y opinó que se trata de un latín bellamente estropeado.
Elena Poniatowska (La Jornada, México), escribió: “Era una poeta cuya edición de diez mil ejemplares se agotaba en una semana y los polacos la sentían cercana. Salía a la calle con su sombrerito y decían: Allí va Wislawa. Escribía sobre ellos, sobre su vida cotidiana y su millón de risas, siempre cultivó el territorio familiar, lo que nos es común, lo que sucede de la mañana en la noche, lo que les pasa a los hombres y lo que resienten los árboles”:
Sobre W.S. en este blog:

Selección de poemas, tomadas de: El gran número Fin y principio y otros poemas, Hiperión, Madrid, 1997:

RETRATO DE MUJER
Debe ser a elección.
Cambiar para que no cambie nada.
Es fácil, imposible, difícil, vale un intento.
Sus ojos son, si cabe, una vez azules, otra vez grises,
negros, alegres, sin causa llenos de lágrimas.
Duerme con él como una cualquiera, única en el mundo.
Le parirá cuatro hijos, ningún hijo, uno.
Ingenua, mas la que mejor aconseja.
Débil, mas podrá con el peso.
No tiene cabeza, pues la tendrá.
Lee a Jaspers, y revistas de mujeres.
No sabe el porqué de este tornillo y construirá un puente.
Joven, como siempre joven, todavía joven.
Sostiene en sus manos un gorrión alirroto,
su propio dinero para un viaje largo y ajeno,
un mazo, una compresa y una copa de vodka.
¿A dónde corre? ¿no está cansada?
Que no, un poco, mucho, no pasa nada.
O le quiere o se empeña.
Por lo bueno, por lo malo y por el amor de Dios.
(de: El gran número, 1976, trad. de Elzbieta Borkiewicz)

DISCURSO EN EL DEPÓSITO DE OBJETOS PERDIDOS

Perdí algunas diosas en el camino de sur a norte,
y también muchos dioses en el camino de este a oeste.
Se me apagaron para siempre un par de estrellas, ábrete cielo.
Se me hundió en el mar una isla, otra.
Ni siquiera sé exactamente dónde dejé las garras,
quién trae mi piel, quién vive en mi concha.
Mis hermanos murieron cuando me arrastré a la orilla
y sólo algún huesito celebra en mí ese aniversario.
Salté de mi pellejo, perdí vértebras y piernas,
me alejé de mis sentidos muchísimas veces.
Desde hace mucho cerré mi tercer ojo ante todo esto,
me despedí de todo con la aleta, me encogí de ramas.

Se esfumó, se perdió, se dispersó a los cuatro vientos.
Yo misma me sorprendo de mí misma, de lo poco que quedó
de mí:
un individuo aislado, del género humano por ahora,
que sólo perdió su paraguas ayer en el tranvía.

(De "Si acaso" 1978
versión de Gerardo Beltrán)
ESTOY DEMASIADO CERCA PARA QUE ÉL SUEÑE CONMIGO
Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo.
No vuelo sobre él, de él no huyo
Entre las raíces arbóreas. Estoy demasiado cerca.
No es mi voz el canto del pez en la red.
Ni de mi dedo rueda el anillo.
Estoy demasiado cerca. La gran casa arde
Sin mí gritando socorro. Demasiado cerca
para que taña la campana en mi cabello.
Estoy demasiado cerca para que pueda entrar como un huésped
que abriera las paredes a su paso.
Ya jamás volveré a morir tan levemente,
tan fuera del cuerpo, tan inconsciente,
como antaño en su sueño. Estoy demasiado cerca,
demasiado cerca. Oigo el silbido
y veo la escama reluciente de esta palabra,
petrificada en abrazo. Él duerme,
en este momento, más al alcance de la cajera de un circo
ambulante con un solo león, vista una vez en la vida,
que de mí que estoy a su lado.
Ahora, para ella crece en él el valle
de hojas rojas cerrado por una montaña nevada
en el aire azul. Estoy demasiado cerca,
para caer del cielo. Mi grito
sólo podría despertarle. Pobre,
limitada a mi propia figura,
mas he sido abedul, he sido lagarto,
y salía de tiempos y damascos
mudando los colores de mi piel. Y tenía
el don de desaparecer de sus ojos asombrados,
lo cual es la riqueza de las riquezas. Estoy demasiado cerca,
demasiado cerca para que él sueñe conmigo.
Saco mi brazo que está debajo de su cabeza dormida,
Mi brazo dormido, lleno de agujas imaginarias.
En la punta de cada una de ellas, para su recuento,
Se han sentado ángeles caídos.

(De Sal, 1962, trad. de Elzbieta Borkiewicz)

FIN Y PRINCIPIO

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.

(De "Fin y principio" 1993
trad. de Abel A. Murcia Soriano)
____________________________________________________-
"Poesía, papel y tijeras" (collages de una Premio Nobel)
En Babelia, El País, 5/12/2009:


http://www.elpais.com/fotogaleria/Poesia/papel/tijeras/collages/premio/Nobel/elpgal/20091205elpepucul_1/Zes/1

miércoles, 18 de enero de 2012

TIRABUZÓN (Angélica Gorodischer)


fotografías de tapa y contratapa:
Cecilia Lenardón




CULTURA / ESPECTACULOS

› LA NOVELA REALISTA DE ANGELICA GORODISCHER EDITADA POR ROSS.

Un caballero y una dama en peligro

Tirabuzón, la nueva novela de la autora de Historia de mi madre, es como algunas de las comedias recientes de Woody Allen: una pieza ligera realizada con impecable y experimentado oficio, que transporta a un mundo de otros tiempos.

Por Beatriz Vignoli

(texto completo)

A fines del año pasado, con un reconocimiento por parte del Area de Coordinación Institucional del Ministerio de Planificación Federal, la Editorial Ross comenzó a publicar nuevos títulos para su colección Narrativas contemporáneas. La colección comenzó en 2011 con la edición dos antologías temáticas: "Mi madre sobre todo" y "El río en catorce cuentos" y ahora sube la apuesta con libros de ficción de autor.

La colección Narrativas contemporáneas, dirigida por Gloria Lenardón y Marta Ortiz con el aval de la editora Silvina Ross, propone según sus directoras "la selección de una diversidad de voces" de la región, en busca de "una actualización de las tendencias, formas y contenidos". Su estética pone en pie de igualdad y belleza la tapa y la contratapa, con fotos originales por Cecilia Lenardón (Rosario, 1979), reconocida fotógrafa y performer. Ya salió una novela realista de Angélica Gorodischer, la rosarina por adopción considerada una de las principales autoras de ciencia ficción del mundo hispanohablante y más allá, y está en carpeta un esperado libro de cuentos por el siempre sorprendente escritor santafesino Enrique Butti.

Angélica Gorodischer (Angélica Arcal, Buenos Aires, 1928) publicó a mediados de la década de 1980 el ciclo Kalpa Imperial, que fue traducido al inglés por Ursula K. Le Guin. En 1998, 2000 y 2002 organizó tres encuentros internacionales de escritoras en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia de Rosario. Opus dos (Barcelona, Minotauro, 1966) y Trafalgar (Buenos Aires, El Cid, 1979) son sólo algunos de sus libros de ciencia ficción; ha experimentado con el lenguaje en las novelas Prodigios (Barcelona, Lumen, 1994) y Doquier (Buenos Aires: Emecé, 2002) y explora mundos más cercanos en novelas como Fábula de la virgen y el bombero (De la Flor, 1993; Emecé, 2005), una mirada feminista y crítica sobre los prostíbulos de Pichincha.

Salida de la imprenta al final del prolífico año del conejo 2011, Tirabuzón, la nueva novela de la autora de Historia de mi madre, es como algunas de las comedias recientes de Woody Allen: una pieza ligera realizada con impecable y experimentado oficio, que transporta a un mundo de otros tiempos, incluidas la moda y las palabras olvidadas de su habla. La protagonista, Helena, es las heroína típica de Angélica Gorodischer, quien escribe sobre mujeres aparentemente frágiles pero que saben abrirse camino para librarse de un opresor. Si Tirabuzón fuese en efecto una película de Woody Allen, a Helena la podría interpretar Mia Farrow. Inocente pero no ingenua, auxiliada por los hados protectores surgidos de los libros que ha leído, astuta con un sigilo de "pasiva agresiva" (Woody Allen dixit) o más bien de "mosquita muerta" (como diría la madre de esta cronista), Helena hace un límpido contrapunto al tonto villano en 2D de su hermano Atilio.

Lo malo de este malo (porque al tono de humor de una comedia feliz le sienta mejor la gris banalidad del mal que otras profundidades) es su mezcla de mediocridad, ínfulas de grandeza, pereza y capacidad para la manipulación de los demás. Completa la terna del elenco principal un caballero casi andante: el incansable y justo abogado don Max.

Don Max es un ser entrañable: tiene ochenta y cuatro años y quiere seguir trabajando porque ama su trabajo y ama la vida, en particular a las damas en peligro y los alfajorcitos de chocolate. Va de la oficina al café Splendid en un recorrido diario que lo pasea por lugares reconocibles del centro de Rosario. Llegado el lector a este punto de la reseña, sospechará que Tirabuzón es literatura menor. Sí, pero, más literatura que menor, retoma, con la voz cantarina de su clara prosa lírica y coloquial, no sólo el género menor del melodrama sino a la literatura dentro de la literatura. Los amables fantasmas que rodean a la gran lectora de escritoras francesas que es Helena y la aconsejan sobre qué hacer en la vida también cumplen la función de bosquejar una biblioteca posible. Muchas plumas femeninas, en el más digno sentido, son evocadas aquí: entre otras, Colette, Olympe de Gouges (pseudónimo de Marie Gouze), Christine de Pizan (o Cristina de Pisa) son personajes del relato y nombres que vale la pena investigar, lo mismo que el pintor romántico Théodore Géricault, quien hace un cameo.

Párrafo aparte merece la calidad poética de la prosa. Ante una encrucijada, Helena hace este balance: "Porque si yo hubiera sabido tocar el piano, o pintar, o esculpir, o planear edificios, o escalar montañas, ahora tendría algo concreto entre las manos. Pero lo único que tengo es un idioma que aprendí después del mío y una casa que no he visto aún. También tuve dos países después del mío y dos hombres después de aquellos que casi no llegué a conocer. Y las voces del tiempo. Y tengo miedo, y tengo fuerza. Hay un sol antiguo que me sostiene; yo solo tengo que seguir caminando, recorrer el reino de oculta y misteriosa apariencia, averiguar cuáles y cómo y cuántas son las relaciones que sostengo con el mundo cambiante que noche a noche me hace dar un paso hacia las edades que me serán concedidas".

El título es una alegoría del tiempo, como en esta epifanía sublime: "Las noches son tenues en Italia, como provisorias, y el sueño viene así como el sol, antiguo nudo de caminos, y el tirabuzón que muerde la carne del tiempo, que es el tiempo; el tiempo por el que volvemos y volvemos a volver, el tiempo que nos recobra"".

Como en las más recientes comedias de Woody Allen, siempre estará París. ¡O Italia! Pero también, como en las comedias recientes de Woody Allen, Angélica Gorodischer en Tirabuzón no hace mucho más con lo que creó. La justicia divina de la autora reparte dicha a los buenos y desdicha a los malos sin complicar demasiado la trama. Esto no impide que la hermosa narración sea llevada con mano magistral.

link: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/12-32135-2012-01-18.html

domingo, 8 de enero de 2012

JORGE LEÓNIDAS ESCUDERO (*)


Noche creciente. Pintura, Yolanda Gil Griñón

(Poemas incluidos en “Le dije y me dijo” (Antología poética, Ediciones Azafrán y Cinabrio, México, 2006)


Los gatos de Schopenhauer


El fabricante de gatos

quiere hacerlos baratos:

junta al gato con la gata

para que se reproduzcan

pero ellos protestan,

juran que no es posible y escapan

hasta que aturdidos por la luna acceden.


Es que se creen víctimas de un cuento

unidos para enemistarlos con el perro,

asediar ratas y mear sillones.

Todo sin objeto.


Los gatos se retuercen y gritan,

bufan ásperamente

y por último se acoplan a regañadientes

sabiendo que ha habido injusticia.


Adornan almohadones y uno los cree felices

cuando en verdad dormitan resentidos,

aburridos de la vida,

conscientes de que están comiendo mezquindades

para mayor gloria de nadie.


(De: Umbral de salida, 1990)


Del imaginero


Toy en construir muñequitos de palabras,

toy buscando mi obra esplendorosa;

pero éste me sale raquítico

y aquél con demasiada hojarasca;

algunos caminan con cierta elegancia

aunque es dudoso que lleguen muy lejos.

Me preocupo bastante como todo buen padre

pues quiero que mis hijos sean perfectos,

mas ellos andan como les da la gana

y la gente, claro, me culpa a mí.

Simplemente quiero verlos felices

y para eso tiro el barro sobre la mesa,

amaso, corto, saco, pongo

y finalmente siempre

falta.

Es difícil esto.

(Elucidario, 1992)


Casa deshabitada


Aquí estoy en el alma de la vieja cocina,

el otoño es un cuadro luminoso en la puerta,

ante azules montañas vuelan lentas ibiñas

Es me llevó la vida andar campo, caminos

y vine hoy a ver la endenantes

casa amiga onde estuve y tuve

enamoramiento grande que todavía

alla en la lejanía se ve la polvareda

de cuando tuve que salir huyendo

en un destartalado ómnibus

rumbo a las añoranzas.

(Divisadero, 2005)


Aniversario


Estás igual, yo no

la vejez a vos. Estás

como cuando en el banco del patio

unidas las manos para no soltar estábamos

lo poco restante de estar juntos.

Ahora en mí verás nocturnidades de naipe,

vino humoso y caminos cortados, soledades

propias de haberte ido.

Alguna mariposa de recuerdo cruza

por mi frente y miro adonde estuvimos.

Lo que el tiempo hizo y deshizo,

lo que esperábamos y no.

En ese banco del patio en las noches ahora

Hay una sombra detrás,

ojos abiertos de un dolor inefable.

(Endeveras, 2004)


Pájaro llamador


A esto que estoy escribiendo le falta

claridá intrínseca,

mas por atrevimiento lo paso al papel

y aunque me quede lejos llegar

lo intento.

Como si fuera un capricho esto de ir a cazar

perdices en la oscuridá,

tiro tiros de tinta y yerro,

continúo mastico palabras en se me atoran

y así camino.

Créanme que si aparece la resonancia

comeremos perdices.

Un entendido dijo que tal vez

si gritara contra los muros escucharía

el esperado eco, por eso

corro de aquí a allá, pido permiso

y aunque no me lo dan insisto.

Mientras tanto allimento al pájaro llamador

a ver si atrae pájaros del absoluto.

Y entiéndase que a ahí nunca se llega

pero alcanza para vislumbrar qué es la búsqueda.

(Endeveras, 2004)


(*)Jorge Leónidas Escudero nació en San Juan en 1920. Abandonó sus estudios de agronomía y se dedicó a la minería, para adentrarse en las montañas sanjuaninas, en búsqueda de metales preciosos, oro y plata y también piedras. Publicó por primera vez a sus cincuenta años. Obtuvo primeros premios en diversos concursos y recibió distinciones de entidades culturales de Cuyo. Poemas suyos se encuentran en lugares públicos. Fue incluido en la a "Antología de la Poesía Argentina" compilada por Raúl Gustavo Aguirre en 1979. Su obra fue antologada en México por el poeta y profesor Benjamín Valdivia. Compuso canciones folclóricas, recopiladas en Aires de cordillera (San Juan, 1994), musicalizadas por José Luis Aguado Castro. La siguiente lista de títulos contiene todo su material desde su primera publicación en 1970 hasta la actualidad: La raíz en la roca, (San Juan, 1970); Le dije y me dijo (San Juan, 1978); Piedra sensible ( San Juan, 1984); Los grandes jugadores (San Juan, 1987); Basamento cristalino (Filofalsía, Buenos Aires, 1989); Umbral de salida (Rundi Nuskin, Buenos Aires, 1990); Elucidario (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1992); Jugado (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1993); Cantos del acechante (Fos- Epsilon, Buenos Aires,1995); Viaje a ir (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1996); Poesía Completa (Foto de Ediciones en Danza); Caballazo a la sombra (Tierra Firme, Buenos Aires, 1998); Aguaiten (Canto Rodado, Mendoza, 2000); Senderear (Martín, San Juan, 2001); Le dije y me dijo (antología editada en México por Ediciones Azafrán y Cinabrio,2006); A otro hablar (2001); Verlas venir (en Danza, Buenos Aires, 2002); Andanzas mineras (en Danza, Buenos Aires, 2004); Endeveras (en Danza, Buenos Aires, 2004); Divisadero (Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2005); Tras la llave (en Danza, Buenos Aires, 2006); Caza nocturna (en Danza, Buenos Aires, 2007); A un ir a unir (en Danza, Buenos Aires, 2010); Poesía completa (Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2011)

sábado, 31 de diciembre de 2011

BIENVENIDO 2012

En Sydney (Australia), las miles de personas que se congregaron a media tarde en los alrededores del edificio de la Casa de la Opera celebraron allí la llegada del Año Nuevo. Un show de fuegos artificiales iluminó el cielo a las 10 de la mañana hora local de Argentina, 12 de la noche hora local en Sydney.
Miro las fotos, el show ha sido espectacular; pienso en mi hija que en la otra mitad de la naranja planetaria (Melbourne, Australia), duerme, recién estrenado el año, pasada la fiesta.
Renuevo la esperanza y por qué no, la confianza: espero aquí, de pie en esta otra cara de la naranja, la partida del año viejo, la llegada del año nuevo.


Fotografías: agencia EFE










sábado, 24 de diciembre de 2011

NAVIDAD 2011

A los lectores de mi VUELO DE NOCHE.
Por un real re-nacimiento, un re-nacer a lo mejor de nosotros, a lo mejor de mí, de tí, de ellos, de todos. Por un mundo mejor.


domingo, 18 de diciembre de 2011

ROBERTO GLORIOSO


Joseph Mallord Willliam Turner (1775-1851)
Sunset (circa 1830-35)



OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS (*)

Los poemas aquí publicados pertenecen a Tierra no prometida (Último Reino, Buenos Aires, 2008)


5

Hogueras a orillas

del mar.

En nombre de quién resplandecen.

Nadie responda.

La humanidad del fuego

relumbrará

------------ -desierta.


16

Todo a ciegas.

Sin descifrar

manojos del más allá

con su lámpara.


17

La casa extiende plataformas

para el salto

a los cuartos más oscuros.

---------Hay quien

no mira hacia abajo.

………….Y se atreve.


19

Golpea una puerta de alabastro.

Por ahí cruzan precipicios

con intención de salto.


21

Apuntes de brasa.

Desde esa

…………rompiente de luz

la ausencia que más duele

hace su entrada.


25

Porque lo condenan

a yacimientos de luz

……aún embiste

perfiles de ceguera.


39

Solo trae arena para

ampliar su desierto

que es ahora su alma

…………………….y dice

ojalá me pensaras

levantando piedras

para construir la casa.


(*) Roberto Glorioso nació y vive en Azul, Provincia de Buenos Aires. Narrador, poeta y dramaturgo, ha publicado Los olvidos imperecederos (1979), Comuniones de silencio (1984), Lejanías conjuradas (1988), Playa de mediaciones (1997), Música de guerra (2000) y Astillas (2004).
Es autor de las Hojas de Sudestada números 83, 117 y 142, de los Cuadernillos del mismo sello: Campo de batallas, Otras cercanías de lo humano y Los ángeles prohibidos. Del Desplegable de Sudestada: Apuntes de intemperie, y de las Plaquetas Poemas y Espacios de agua de Editorial Arché; en Summa Poética de Editorial Vinciguerra, Enunciados del desierto (2005) para la colección Poetas Contemporáneos.
Obtuvo el Tercer Premio de Poesía de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, Mención de Honor de la Sociedad de Escritores de la Provincia (S.E.P.), Mención de Honor de la Fundación Acero Savio y la Faja Nacional de Honor de la Asociación de Escritores Argentinos.
Poemas suyos integran numerosas antologías.
En la actualidad, es Secretario de Cultura y Educación de la Asociación Bancaria Seccional Azul.