Cuando tú, mi poesía, lees poesía
Cuando tú, mi poesía,
lees poesía,
el cielo se oscurece
con una luz verde,
la gente huye de la
orilla del mar
por un presentimiento
remoto de tormenta
o de contraste entre
los elementos,
se enarbolan chispas en
los cables del tranvía,
y un gran silencio cae
sobre la ciudad:
es la poesía que se
contempla a sí misma.
Lees palabras de un
tiempo olvidado,
de un presente que se
derrumba, sin tregua,
velozmente en un pasado
informe,
lees acerca de un rey y
de coronas, jardines y guerras,
tú que eres la corona
de cada imperio
y el jardín del mundo
conocido
y la guerra de los
sentidos de la naturaleza,
lees: “¿quién profesará
mis versos en el futuro
si digo ahora todo lo
que vales?”.
Y sucede en aquel
momento que esos versos
como una flecha
arrojada a los siglos
llegan un día a quien
los inspiró.
y entonces la oscuridad
verde se hace total,
la gente se oculta,
abrumada,
y en un silencio como
de terremoto
se alza la luna sobre
los castillos romanos
y todo vira lentamente
al azul,
mientras tú, mi poesía,
lees poesía.
Ahora estoy completamente solo
Ahora estoy
completamente solo,
ahora que llenas mi
universo,
este alegre universo en
expansión
con galaxias, cefeidas,
supernovas,
y tú detrás de cada
grado del espacio,
que una palabra tuya
contrae
y concentra en tu sola
persona,
de nuevo como un astro
en pulsaciones:
no tengo más amigos, no
tengo más interés por nada,
estoy aquí estudiando
tu cosmografía,
tus emisiones de radio,
tus sizigias,
más exactamente tu boca
y tus ojos,
más exactamente aquello
que está en el fondo de los ojos,
y todavía más
exactamente, a ti.
(de Italienisches
Liederbuch, 34 poemas de amor, edición bilingüe, trad. Guillermo Piro, ed:
Huesos de jibia, Bs. Aires, 2010)
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