OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

domingo, 4 de diciembre de 2011

NICANOR PARRA

PREMIO CERVANTES 2011




HAY UN DÍA FELIZ

De Poemas y antipoemas (Santiago, Nascimento,1954)


A recorrer me dediqué esta tarde

Las solitarias calles de mi aldea

Acompañado por el buen crepúsculo

Que es el único amigo que me queda.

Todo está como entonces, el otoño

Y su difusa lámpara de niebla,

Sólo que el tiempo lo ha invadido todo

Con su pálido manto de tristeza.

Nunca pensé, creédmelo, un instante

Volver a ver esta querida tierra,

Pero ahora que he vuelto no comprendo

Cómo pude alejarme de su puerta.

Nada ha cambiado, ni sus casas blancas

Ni sus viejos portones de madera.

Todo está en su lugar; las golondrinas

En la torre más alta de la iglesia;

El caracol en el jardín, y el musgo

En las húmedas manos de las piedras.

No se puede dudar, éste es el reino

Del cielo azul y de las hojas secas

En donde todo y cada cosa tiene

Su singular y plácida leyenda:

Hasta en la propia sombra reconozco

La mirada celeste de mi abuela.

Estos fueron los hechos memorables

Que presenció mi juventud primera,

El correo en la esquina de la plaza

Y la humedad en las murallas viejas.

¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe

Uno apreciar la dicha verdadera,

Cuando la imaginamos más lejana

Es justamente cuando está más cerca.

Ay de mí, ¡ay de mí!, algo me dice

Que la vida no es más que una quimera;

Una ilusión, un sueño sin orillas,

Una pequeña nube pasajera.

Vamos por partes, no sé bien qué digo,

La emoción se me sube a la cabeza.

Como ya era la hora del silencio

Cuando emprendí mí singular empresa,

Una tras otra, en oleaje mudo,

Al establo volvían las ovejas.

Las saludé personalmente a todas

Y cuando estuve frente a la arboleda

Que alimenta el oído del viajero

Con su inefable música secreta

Recordé el mar y enumeré las hojas

En homenaje a mis hermanas muertas.

Perfectamente bien. Seguí mi viaje

Como quien de la vida nada espera.

Pasé frente a la rueda del molino,

Me detuve delante de una tienda:

El olor del café siempre es el mismo,

Siempre la misma luna en mi cabeza;

Entre el río de entonces y el de ahora

No distingo ninguna diferencia.

Lo reconozco bien, éste es el árbol

Que mi padre plantó frente a la puerta

(Ilustre padre que en sus buenos tiempos

Fuera mejor que una ventana abierta).

Yo me atrevo a afirmar que su conducta

Era un trasunto fiel de la Edad Media

Cuando el perro dormía dulcemente

Bajo el ángulo recto de una estrella.

A estas alturas siento que me envuelve

El delicado olor de las violetas

Que mi amorosa madre cultivaba

Para curar la tos y la tristeza.

Cuánto tiempo ha pasado desde entonces}

No podría decirlo con certeza;

Todo está igual, seguramente,

El vino y el ruiseñor encima de la mesa,

Mis hermanos menores a esta hora

Deben venir de vuelta de la escuela:

¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo

Como una blanca tempestad de arena!



Breve nota biográfica:

Nicanor Parra Sandoval
es un poeta, ensayista y narrador chileno nacido en San Fabián de Alico el 5 de septiembre de 1914, conocido sobre todo por crear la antipoesía: una expresión lírica que pretende romper con los principios tradicionales de la poesía. No es el único artista célebre de su familia, siendo también muy conocidos sus hermano de Roberto, Violeta y Eduardo.

Nicanor estudió en el Liceo de Chillán y se licenció en Matemáticas en la Universidad de Chile, en 1938 (estando en el Liceo de Chillán huyó de su casa y pudo terminar sus estudios secundarios en el Internado Nacional Barros Arana, gracias a una beca) . La obtención de otras becas le permitieron ampliar sus conocimientos en Estados Unidos y en el Reino Unido, años que son fundamentales para la gestación de su visión poética. Mientras estudiaba publicó su primer “anticuento”: Gato en el camino, en una revista que él mismo había fundado. Su primer poemario, Cancionero sin nombre, tenía reminiscencias de García Lorca, y con el segundo, Poemas y antipoemas, queda ya patente su animadversión hacia la poesía tradicional y sus reglas. Aparte de su labor literaria obtuvo varias menciones y premios por su trabajo como matemático y físico; como escritor ha recibido el Premio Nacional de Literatura chileno en 1969, el premio Juan Rulfo en 1991, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de 2001; y tiene varios doctorados honoris causa. En 2011 se le concede el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras hispanas, como reconocimiento a toda su carrera.

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