
Henri Matisse
POETAS DE ROSARIO XIX
Ausentes
El traquetear seco del helicóptero
me dijo
que mi momento había llegado
En la anestesia sordomuda de la previa
entendí
que la vida es algo tan frágil
tan valioso
Confundí
los recuerdos vehementes de mi niñez
con las presencias de tus voces
amada mía
con el perfume de tu piel
con el anhelo de tu cuerpo desnudo
Y me vi
cayendo desde los cielos del Río de la Plata
maniatado
torturado
malherido
quebrado
suplicante
anestesiado
Y te vi
riendo tu risa
de alegría fresca
de alegría limpia
de alegría tierna
Y te vi
riendo mi risa
amada mía
riéndote por lo que no nos pudimos reír
por lo que nunca pudimos hacer
por lo que nunca pudimos vivir
por lo que no fuimos
Como una risa absurda creciendo en el aire
enredándose hasta los tuétanos
del traquetear seco del helicóptero
de donde me tiran
los hombres de verde
que también me gritan
que también se ríen
que también vomitan
Odio
desafiando la Memoria
de la Historia general
Final
Cenizas
de un incendio
desparramó el viento
Lágrimas
de un entierro
lloró el aire seco
Cristales quebrados
soñaron
con un vientre de hielo
La sangre de los humanos
se mezcla con el infierno
de la peste
Y el sol se quema
en un cielo plano
donde todo miente
Es un espejismo
el lago de estaño
en donde el cisne muere
Y los bosques lloran
el rocío de la guerra
Y los pájaros cantan
la canción de la miseria
Y una lágrima se calla
detrás de la carcajada hueca
El fuego purifica
la faz de la tierra
Sólo cenizas quedan
Vuelan
Tan sólo vuelan
Raya
Y había una raya azul
Que dibujaba pájaros
en el cielo
Que transformaba palabras
en el silencio
Que quemaba soles
dentro del hielo
Que encendía los bemoles
de esta guitarra que siento
Y había una raya azul
que se pintaba los colores
de los barcos
Que rejuntaba las maderas
del naufragio
de nosotros
Que destrozaba fronteras
sin espanto
Que atravesaba trincheras
besando santos
Ruta
Abismos de hielo
susurran los pétalos
de los ángeles
Lágrimas del infierno
lloran los diablos
en tu equipaje
Y vos
Viajante de viajantes
Empezás
Otra vez
Otra ruta de agua
Poema Nº 18
Lágrimas
como estrellas
caían en la plaza
Cálidas
como las huellas
de algunos fantasmas
Una esperanza hecha añicos
quedaba
reclamando al infinito
la devolución de su alma
(*)Mariana Miranda nació en Rosario, el 5 de mayo de 1966. Es psicóloga clínica y forense. Ha publicado: “22 Canciones para a(r)mar y otros versos”, Ed. Keynes, Rosario, 1994, “Muertita y otros cuentos”, Ed. Del Dock, Bs. As., 2008, “Gil, Santo argentino”, Ed. Del Dock, Bs. As., 2009 y “Bagualas para mi tierra”, Ed. U.N.R., 2010. Ha obtenido premios publicación y menciones de honor en concursos literarios nacionales, internacionales y locales. Dicta talleres de lectoescritura en Rosario.