OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

jueves, 14 de mayo de 2020

PRESENTACIÓN DE "FUERA DE FOCO". TEXTOS: ALEJANDRA MENDEZ BUJONOK y LISANDRO GONZÁLEZ



El Sunya como materia prima del poema
 ©Alejandra Mendez Bujonok

Susan Sontag en su ensayo sobre la fotografía, habla de un heroísmo en la visión, no como aquellos observadores realistas al modo de escribas o una copia fiel de lo real, sino de aquellos fotógrafos comprometidos en su hacer, al modo de poetas. Las imágenes que se escapan en esas pequeñas soledades de las que estamos hechos, el instante que capturan no alcanza para aprehender la cosa, que ya es otra y otra, según el ojo.

Desde el título la autora nos va sugiriendo apenas la Touché, citando a Lacan podríamos decir: la ocasión, el encuentro, lo real en su expresión infatigable. Por esto, las imágenes poéticas representan algo que nosotros no podemos ver, un más allá de la captura, aquello impreciso y que es necesario que se mantenga en su velo:
entendí
que la fuerza de tu sonrisa
 venía de las astillas perdidas
de la inmortalidad
que apenas sujetábamos
entre los dedos.

Hay en Fuera de foco  un modo de representar los momentos inaccesibles como una súplica de la detención, un deseo de perpetuarlos porque podrían ser los últimos. También se escribe en mirada retrospectiva, con cierta nostalgia del futuro, donde el silencio es una manera de despedirse:
dormías un sueño inducido
de hilo tu voz moduló un lenguaje nuevo.
rodaba –implacable– la gota de suero en la cánula
–no te vayas… –mi plegaria se astillaba en tu oído
como la gota erró en lo imposible.

A veces en primer plano, donde nos hace sentir el desborde en la pasividad de espectadora, o la desesperanza en la espera (que es líquida y prolongada) y otras veces, el paisaje se abre y nos brindan esos filamentos emocionales como vistos desde arriba, haciéndonos parte:
rehogar otra forma de tiempo
 –vigilia líquida–
 línea de puntos sin completar.
secas las vísceras una sombra menos sombrea el mundo.
no alcanza a calentar el sol.”

hubo un tiempo leve
 celeste tedio
 como esas nubes que en verano
 pasan lentas por las ventanas de los hospitales
tiempo de historias mínimas
que serán olvidadas
 como esos papelitos que afuera el viento
mueve y esparce
con desgano.

El budismo emplea la palabra Sunya (el vacío) para designar la realidad. Ahí, entre lo real y lo irreal, entre el sueño y la vigilia, hay poetas que pueden hacer de lo inasible una condición tangible o viceversa.
Marta Ortiz trabaja con nítida inteligencia sensible, al modo de soliloquios aísla y analiza los sentidos y nos da la posibilidad de identificarnos poéticamente. Ella sabe del arte en la orfandad, donde  puede ser alojado, sin embargo, todo lo vivido, lo concreto y lo imaginado, lo doméstico, lo orgánico, lo político, lo que envejece, lo que muere, lo desconocido, todo es material poético. La voz, su voz, que es también la voz del ser amado, es un lenguaje nuevo, el lenguaje del poema.
Con valentía, nos hace vivir, nos hace pasar por ese sentido experimentado, con el cual entramos en esa movida y borrosa mirada del dolor y del recuerdo. El recorte que va construyendo en forma de cuadro fotográfico, y sumado al montaje impreso del pensamiento, va abriendo la imagen en multiplicidad metafórica.
Es la voluntad de escribir sostenida en el vacío, en el Sunya, como quien conoce de la fuerza acuosa del poema, y se encuentra en el anverso de las cosas.





Sobre Fuera de foco, de Marta Ortiz
©Lisandro González


Este libro de Marta, en buena parte, trata del dolor, de la muerte, de la ausencia, pero no es un libro lúgubre. Tampoco obviamente es festivo, pero hay un tono preciso que permite que los temas y los sentimientos puedan decantar en buena poesía y que se lo puede leer desde lo existencial y aún desde lo trascendente.
Justamente dice Marta “así como la muerte/ aclara el sentido de la vida”.
Es una poesía confesional, pero que hace pie entre lo poético y la subjetividad auténtica. No son meras anécdotas pero tampoco se tejen acertijos personales que hacen que uno piense que se está perdiendo algo por desconocer determinadas circunstancias.
Nuevamente recurro a Marta cuando explica en un reportaje en otras palabras, lo que escribo es tributario de la experiencia, argamasa tan sutil y maleable como escurridiza.”
En el primer poema del libro (Profecía), como una suerte de prólogo, se lee:

Miré el vaticinio delante de mí
como quien ve una moneda de oro
en la transparencia del arroyo
y no arriesga el gesto de tomarla.

Esa “moneda de oro” me llevó a la “moneda de fuego” de Raúl Gustavo Aguirre (“haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro”).
En definitiva, esa moneda en el arroyo que es la poesía que se vislumbra, y esa moneda de fuego que lleva el poema en los dientes y encuentra la mano de ese otro –lector real o hipotético-.
(Y en el texto siguiente, de nuevo la moneda, pero como claro símbolo del azar, el destino.)
En la primera parte del libro –Ilación de la ausencia- encontramos poemas escritos a quien fuera su compañero, en el camino de la enfermedad y la partida. Algunos de ellos poemas sanatoriales, que me hicieron pensar en aquellos textos finales de Edgardo Zotto. Todos los que hemos estado en una sanatorio sabemos que el tiempo toma otra dimensión ahí, otra densidad. Y algo esa percepción particular aquí se advierte. “Como esas nubes que en verano pasan lentas por las ventanas de los hospitales.”

Y ese “fuera de foco sobre contornos vacíos” que tan ajustadamente da título al libro. Cuando alguien con quien compartíamos la cotidianeidad parte – Marta habla de esa jarra de agua que se vacía sobre la tierra seca-, la vida, lo existente se nos muestra claramente “fuera de foco”, perdemos ese “tiempo mágico/ anterior a los vidrios triturados.” Empezamos a transitar un enrarecimiento existencial del cual da cuenta esta escritura.

Si bien la partida del compañero resulta nodal, también otros elementos reverberan, como la infancia, otras partidas y sus presencias y resonancias; la mirada social crítica ante la realidad descarnada; los viajes –buscando los rastros del ser amado, el que en definitiva ha emprendido otro viaje ya definitivo-; la cotidianeidad –como rallar una zanahoria-; y también la propia poesía y la cultura, precisamente en la sección final del libro que Marta titula como “lecturas”. Se cruzan en esos textos –una suerte de homenaje al bagaje que la constituye a Marta como poeta-, con referencias a la cultura y autores en particular.

En definitiva, un libro visceral, pero sólido, con un trabajo esmerado sobre la palabra y un conocimiento en la construcción de los poemas, donde el dolor es sustancia, palpita pero no desborda.









sábado, 9 de mayo de 2020

PRESENTACIÓN DE "FUERA DE FOCO" 27/09/2019 (REGISTRO GRÁFICO)


 



Con Juan Maldonado, editor.


Con Alejandra Mendez Bujonok y  Lisandro Gonzalez

Con Celia Fontán
Con Liliana Palazzini

Con Tona Taleti y Juan Maldonado


Con Ana Julia Saaccone


con mi hija Candela Bianchi
 

De izquierda a derecha: Gladis Chiozzi, Miriam Falchini, Marta Ortiz, Silvia Pavía, Susana Ballaris, Pablo Racca, Javier Vilas (mundo Taller)

Marita Guimpel, Juliana Riva, Adriana Borro y Agustín Bianchi
De izquierda a derecha: Alicia Salinas, Marta Ortiz, Nora Hall, Marcela Armengod, Ana Russo
Silvia Ana Pavía, Gladis Chiozzi, Susana Ballaris, Miriam Falchini, Griselda Riottini

a
de izquierda a derecha: Ana Russo, Griselda Riottini, Ana Maquianich, Marcelo Rizzi, Ana Julia Saccone,  Alejandro Pidello, Celia Fontán, Vicky Lovell

De izquierda a derecha: Juan Maldonado, Marcela Armengod, Tona Taleti, Marita Guimpel, Noemí Correa Olivé, Daniel Alvarado, Rubén Echagüe. Sentadas, Marta Ortiz, Adriana Nardone
















Presentación de FUERA DE FOCO (prensa escrita)

El año pasado, exactamente el 27 de septiembre, cuando todavía estaba muy lejos el fantasma del COVID19, presenté en Rosario mi libro “Fuera de foco”, editado por Alción Editora (Córdoba, 2019).
Más allá de la difusión del primer momento, por múltiples motivos que culminan en el aislamiento social que nos embistió a partir de marzo del 2020, no hubo ocasiones de otras presentaciones.
Registro en mi blog los momentos ligados a ese nacimiento. 






Presentan el libro Fuera de foco, de Marta Ortiz
Una mesa de poetas rosarinos introducirán la nueva obra de la docente y autora. Este viernes a las 19, en el Centro Cultural Atlas. 
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Nuevo poemario
La reconocida escritora Marta Ortiz presenta su nuevo poemario “Fuera de foco”
Si va a utilizar este texto cite la fuente: elciudadanoweb.com 









martes, 3 de marzo de 2020

TALLERES ÓPERA PRIMA 2020 (Rosario, Santa Fe, Argentina)



















El taller de Lectura empieza el miércoles 11 de marzo
El taller de Lectura y Escritura, el lunes 6 de abril

“Se puede hablar de un mal del escribir.  No es sencillo lo que intento decir, pero creo que es algo en lo que podemos coincidir, camaradas de todo el mundo. Hay una locura de escribir que existe en sí misma, una locura de escribir furiosa, pero no se está loco debido a esa locura de escribir, Al contrario.” 
(Marguerite Duras, en Escribir)

Cada libro —novela, cuento, poema— contiene, con mayor o menor felicidad, una lectura del mundo, y leer lo que fue escrito es ingresar al registro de la memoria de una sociedad, a lo que esa sociedad considera (y esto no es orégano sino un verdadero campo de batalla) por alguna razón, perdurable; es entrar a ese inmenso tapiz tejido bajo distintas circunstancias por tantos seres, a lo largo del tiempo.
(María Teresa Andruetto en La lectura, otra revolución)

Leer es, en un sentido amplio, develar un secreto. El secreto puede estar cifrado en imágenes, en palabras, en trozos privilegiados de ese continuum que llamamos “realidad”. Se lee cuando se develan los signos, los símbolos, los indicios. Cuando se alcanza el sentido, que no está hecho sólo de los significados de los signos sino que los engloba y los trasciende.
(Graciela Montes, en La frontera indómita)