OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

lunes, 25 de noviembre de 2013

EDITORIAL "EL OMBÚ BONSAI" (entrevista para "REPLAY REVISTA")

 


Mi entrevista a la Editorial autogestiva rosarina "EL OMBÚ BONSAI", para REPLAY REVISTA

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Texto completo:

Editorial El Ombú Bonsai: “En Rosario es muy difícil y por eso muy atractivo”



La frase pertenece a Nicolás Manzi, uno de los tres fundadores del sello editorial independiente El Ombú Bonsai, emprendimiento que concibe la edición como un “oficio” artesanal, donde cada libro literalmente “hecho a mano”, gana la estatura de un objeto único. En las páginas de especificaciones editoriales puede leerse la siguiente leyenda: “Este ejemplar ha sido tratado ejemplarmente y se jacta de ser único en su especie. Fíjese el lector que en el encuadernado artesanal encontrará su sello y su carácter singular. Este libro es el número… de la… tirada de… ejemplares, parte de una colección no seriada, es decir: una singularidad fuera de serie”.
Una propuesta que elige reinventarse en cada edición y exhibe un importante catálogo que incluye, entre otros autores, a los rosarinos Beatriz Vignoli, Fabricio Simeoni, Javier Núñez, Andrea Ocampo, Roberto Retamoso, Eduardo D’Anna. Este año se sumó la colección de narrativa Raíces Aéreas, ganadora en la categoría “Estímulo a la Producción Editorial”, convocatoria 2012 del Programa Espacio Santafesino (Ministerio de Innovación y Cultura), que ha publicado ya dos libros de cuentos: El último azul de la noche, de Marcelo Britos y La niña de mis ojos de Federico Ferroggiaro, y tres novelas: Río, de Amanda Poliester, Medio m2 de coexistencia, de Irina Garbatzky y la más reciente: Centrojás, de Nicolás Manzi.
Como otros gestores de sellos editoriales autogestivos rosarinos (v.g.: La Pulga Renga), los fundadores de El Ombú Bonsai: Rodrigo Castillo, Rafael Carlucci y Nicolás Manzi, comparten una carrera universitaria en el ámbito de las Humanidades y el objetivo explícito, a partir de una labor editorial basada en la línea del aprendizaje constante que abre nuevas y superadoras perspectivas, de formar lectores en todos los sectores sociales.

Nicolás Manzi, Rodrigo Castillo y Rafael Carlucci.

 
 
¿Cuándo y cómo nace la editorial autogestionada rosarina El Ombú Bonsai? ¿Quiénes la llevan adelante y qué los movilizó a crear el sello?
La editorial surge en 2009 como un proyecto de desarrollo y aprendizaje en el que todavía nos encontramos. Quienes la integramos, Rodrigo Castillo, Rafael Carlucci y Nicolás Manzi, quisimos emprender el aprendizaje de un oficio que se vinculara de alguna manera con nuestras carreras universitarias en el ámbito de las humanidades. A su vez, esta posibilidad se vio potenciada gracias al desarrollo tecnológico e informático que simplificó en muchos aspectos el fluido de la información (y la posibilidad de encarar un trabajo que antes parecía titánico, como el de editar libros) y el acceso a saberes que parecían perdidos como es el oficio de la encuadernación. La idea de “oficio” es algo que realmente nos entusiasmó: usar las manos para construir, para nosotros fue todo un gesto.

Cuentan con un catálogo y más de una colección. ¿Cuál es la línea que se proponen sostener?
Nuestra apuesta es hacia los narradores, nos interesan libros que tengan un claro trabajo de escritura. Más allá de esto, como todo proyecto el nuestro es algo que se va armando, no digo improvisando, porque nos tomamos mucho tiempo antes de decidir qué rumbo tomar, o qué libro editar. Y seguimos trabajando y abriendo un debate sobre la literatura que se produce en nuestra ciudad. Por ahora el debate está planteándose a nivel de canon con preguntas como “qué se lee de lo que se produce en nuestra ciudad”, o “por qué no podemos hablar de un mercado de literatura local”, y esto es muy importante porque nos hace pensar en cómo puede haber condicionamientos externos al trabajo de un escritor. Sería hipócrita decir que los escritores no desean el reconocimiento de la sociedad en la que convive, sería estúpido decir que un proyecto editorial se sostiene prescindiendo de todo tipo de idea de mercado. Por eso nosotros tomamos este proyecto y todo lo que nos compromete en él como un aprendizaje, y nos relacionamos con escritores que tienen esta misma filosofía, y esa es la línea que estamos queriendo sostener.

Los libros tienen un claro sello artesanal, un criterio estético que unifica las ediciones y que responde a un concepto de base. ¿Cuál es ese concepto y cómo es el proceso de edición?
La idea de los libros artesanales tiene dos aristas: por un lado una apuesta estética que confronta claramente con los libros hechos en imprenta, que son los que mayormente se comercializan en las librerías. A nosotros, como a todos los que amamos los libros, nos llaman más la atención aquellos que estéticamente tienen un plus, algo que los identifica, o que los embellece. Creemos que nuestros libros llaman la atención por esto, porque son lindos por fuera. Lo que más nos entusiasma es que en su contenido son aun mejores. La segunda arista es que, más allá de la cuestión estética, nosotros empezamos pensando en que con una mínima inversión de dinero, y una inversión importante de trabajo, se puede llevar adelante cualquier proyecto. Lo que hemos ido construyendo ha sido a partir del trabajo y una mínima inversión en materiales. Esto es algo que no queremos perder, es muy satisfactorio para uno hacer un trabajo y verse recompensado por eso.

¿Cómo describirías el trabajo del editor independiente en Rosario? ¿Cómo se financian?
En Rosario es muy difícil, y por eso es muy atractivo, llevar adelante este tipo de emprendimientos, ya que el trabajo del editor, más tarde o más temprano, se ve condicionado por el mercado. Más allá de esto, las editoriales pequeñas están dando revancha al escritor, la apuesta es al arte y no al marketing. Esta opción es una apuesta siempre a largo plazo, la fantasía de que un día todos los habitantes de la ciudad van a estar interesados en lo que producen los escritores con los que conviven diariamente es bellísima, pero absurda. El trabajo que están dando las editoriales de nuestra ciudad es de formar lectores en todos los sectores de la sociedad en que esto sea posible, y eso es más que encomiable. Claro, las editoriales que llamamos independientes, y que yo llamo pequeñas o incipientes, tienen un alcance y un crecimiento lento, pero a paso firme. Ese trabajo no está financiado, de hecho la gran mayoría de los que estamos en esto tenemos un trabajo paralelo.

¿Qué proyectos se vienen?
Este año estuvimos lanzando una colección de libros de mayor tirada, hechos en imprenta e intentando conservar la idea de nuestros libros que llaman la atención estéticamente. Actualmente estamos ocupándonos de la distribución, ya que la idea es empezar a tener otra visibilidad a partir de nuestra presencia en librerías. Seguiremos con nuestra línea de libros artesanales complementando con los libros de imprenta, esa es nuestra idea para el año próximo. Los títulos a publicar todavía están en debate interno.

¿Tres libros/autores que El Ombú Bonsai nos recomiende leer?
No me gusta decir nombres, nunca lo hago, sobre todo porque creo que cada lector hace su propio recorrido. Pero no puedo evitar insistir sobre el punto de los escritores de nuestra ciudad, creo que hay muchos que están trabajando muy seriamente, editando sus libros también, y que merecen una atención especial. Estamos recuperando una tradición literaria, la del trabajo del escritor, un camino que en nuestra ciudad marcaron personas como Jorge Riestra y Angélica Gorodischer, y todo esto hecho con la pasión por la literatura que supo transmitir Aldo Oliva.



Nota: Marta Ortiz @marmaralicia
  





domingo, 17 de noviembre de 2013

GRACIELA PEROSIO (*): "REGRESO A LA FUENTE"





















  
Notas al margen de Regreso a la fuente  
(Graciela Perosio, Ediciones del Copista, Córdoba, 2005). 

por Marta Ortiz
 

·       Una aclaración leída en la solapa del libro: el poemario expresa el diálogo de las voces del estudio erudito (tradición grecolatina) emprendido o transitado, y la intuición lírica del mundo, movimiento pendular que explica la búsqueda entre ambas vertientes, “una palabra que traspase la primera piel de los sucesos, mostrando lo individual y lo cósmico”, la búsqueda de un sentido que dé sentido a la existencia. Tal vez por esa razón Graciela Perosio se lo dedica a los grandes humanistas del Quattrocento, ellos también penetraron la selva espesa y oscura, entretejieron al pasado sus voces, irradiaron luz (sentido) a las tinieblas.
·       
     Es imprescindible interrogar las entretelas de la memoria, hallar “las extraviadas palabras del olvido”, rastrear la selva del conocimiento encontrar el jardín abandonado que oculta una fuente de agua clara. Desde el olvido, ella gime, atrae al caminante.
·         
     Los dioses han sido desterrados, alumbra el relámpago y el viento arrasa y rueda entre las piedras. En medio de un paisaje que oscila entre la luz y la oscuridad, el cambio y la intuición del hallazgo próximo, “Una mujer busca, delicadamente, entre las hojas de la selva, el hilo de ámbar que la une al cielo”. Todo está pero nada es visto, la inocencia perdida. El mundo conocido se ha derrumbado, aguarda otro, entrevisto a partir de la Literatura, la Historia, mundo compuesto de visiones, de fragmentos.     
 
     Tiempo de cruzar el umbral, de iniciar el viaje (el sueño) que la pasajera-poeta emprende: “Es preciso partir. Partir hacia la selva”, hallar la luz que todo lo traspasa. El tiempo del silencio se cumplió, hora de abordar la luz del conocimiento. Clausurada la infancia (el pasado), es necesario volver a nacer desde lo impreciso, atraer nuevas certidumbres, cifrar la fe en la luz presentida.
·    
      Se perfila un puente que ha de cruzarse, el riesgo es la muerte, la que “hiere siempre en lo oscuro”. Cruzar el puente es entregarse al desamparo de lo desconocido, pero brilla con fuerza y guía la certeza aprendida: el sentido de la vida es andar, cruzar, penetrar la selva espesa: “el sentido del camino, del andar.”


·    
 Tres poemas de Regreso a la fuente

Claude Monet, El puente japonés, 1899

























Entre pinos, abetos y cipreses,
traspasado el naranjal de azahares,
indeciso en la bruma asoma un puente,
tendido sobre un agua lunar y suplicante.

Una capa de alilado muaré,
entre sombras de luto, desampara.
Frío hiriente separa las dos márgenes
como si allí la vida se hubiera detenido.
Anida el escorpión las vetas de la piedra,
su celo escolta el acceso elegido.

No sin temor cruzará la viajera.
no sin hielo coronándole el pecho.
Que el señor de la Muerte
hiere siempre en lo oscuro
y sin él no es posible
culminar ningún viaje.





Duelos difíciles a saber:
                                   el de las ilusiones
los ideales y los proyectos
                                      lo que suponíamos
bueno lo que suponíamos malo.

Ofrezco todos los márgenes,
cuantos órdenes preservan mi cotidianeidad.

A esta altura del dolor, se vuelve claro
que para ser de veras libre,
no ha de poseerse la libertad.
Sólo desear
                  que te atraviese.





Abandoné mi personaje, y se deshizo el argumento.
Quedaron siquiera lamparazos,
relumbrones sorpresivos y breves,
fantasmagorías de perfiles
en el evanescente teatro de la vida.
Me senté a esperar
y aprendí a ver los hilos
que nos manejan como marionetas.
Hilvanes que, tal vez, nosotras mismas tendimos
como peligrosas madejas del pasado.
Comencé a destejer, lavar la lana,
(enderezar la endecha)
y, calzado el cordón en el huso,
nuevamente arremeter en el telar del tiempo.

Vi, también, al final, la tarea habitual amanecida.
el gran secreto de estar sólo en los actos.



(*) Graciela Perosio nació en Buenos Aires en 1950. Graduada en la Facultad de Historia y Letras de la Universidad del Salvador en 1972. Dirigió el Departamento de Extensión Cultural del Instituto de Cultura Religiosa Superior. Recibió la Beca de Investigación del Fondo Nacional de las Artes para estudiar la obra del poeta argentino Carlos Latorre. Tiene publicados siete libros de poesía: Del luminoso error, Brechas del Muro, La varita del mago, La vida espera, La entrada secreta, Regreso a la fuente y Sin andarivel. Desde 1968 coordina el taller Las voces,  dedicado al estudio y fomento de la creatividad aplicada a la escritura. Su obra ha sido traducida al portugués y al italiano.




jueves, 31 de octubre de 2013

VII SEMANA DE LAS LETRAS Y LA LECTURA, ROSARIO, SANTA FE, ARGENTINA

TEMPORADA  2013   

VII SEMANA DE LAS LETRAS y LA LECTURA

1998 - 15º Aniversario con la poesía - 2013

Laprida 1235
Rosario

 La Semana de las Letras y la Lectura es un encuentro internacional de poesía, que se desarrollará los días Lunes 4, Martes 5 y Miercoles 6 de Noviembre a las 20 hs en la sala J. Vila Ortíz del Teatro El Círculo. Emprendimiento organizado por la Asociación Cultural “El Círculo”, cuya finalidad es el intercambio con intelectuales y poetas de trascendencia, de distintas culturas y nacionalidades, quienes presentarán sus ponencias en charlas públicas y gratuitas. El medio es la poesía y su contexto social, porque es necesario ahondar día a día en el terreno del conocimiento y del lenguaje ante otras alternativas de la época actual imbuida por el predominio de la imagen sobre la imaginación.


                                                                 


Lunes 04 - 20:00 hs

Jorgelina Paladini - Orlando Valdez - Rafael Ielpi - Eduardo D´Anna - Andrea Ocampo - Susana Cabuchi - Martha Cwielong - César Bisso - Antonio Tello (Argentina/España)

Martes 05 - 20:00 hs

Mario Verandi - Alicia Salinas - Tomas Boasso - María Casiraghi - Alejandro Pidello - Jorge Isaías - Alejandro Schmidt - Lorena Wolfman (EEUU) - Antonio Requeni

Miércoles 06 - 20:00 hs

- Patricio Raffo - Germán Roffler - Marcelo Cutró - María Paula Alzugaray - Mariana Busso. Presenta Miguel Culaciati.

- Marta Ortiz - Ana Julia Saccone - Victor Toledo (México) - Leonardo Martinez - Leopoldo Castilla - Rodolfo Alonso



Organiza: Asociación Cultural El Círculo
Coordina: Hector Berenguer
Colabora:Luciano Savoretti

                                







domingo, 27 de octubre de 2013

TAJA KRAMBERGER (Eslovenia, 1970)*






















Los poemas aquí reproducidos pertenecen al poemario No palabras, ediciones Gog y Magog, versión de Barbara Prejels, prólogo de Julia Sarachu, Bs Aires 2013


El naranjo

El naranjo en el huerto
sostiene menudos frutos verdes.
Tan solo ayer olían a
flores blancas, y hoy
tienen aspectos de
verdes abejorros impregnados
con la mano alzada y el pequeño
puño apretado.

Entre ayer y hoy,
entre el florecimiento y
la formación del cuerpo
se halla la diferencia
que es el motor de la poesía.



Una hilera de ocas

Las palabras dentro de la cabeza son distintas
de las palabras en la boca y
las palabras en la boca son distintas
de las palabras dentro de las orejas.

Las palabras dentro de la cabeza
actúan en silencio,
son intocables y están intactas,
sin forma surgen y desaparecen.
Su reino no es del
todo la cabeza en la que
han aparecido.

Las palabras dentro de la boca
se hallan en la vía hasta el sonido y la forma;
son como una caballería glotal en ataque
que por pataleo rebota en la cabeza.
Pero en el último momento
vuelven a distribuirse y
salen hacia fuera como ocas.

Las palabras dentro de las orejas son
un picor agradable –más bien vibración que sonido,
más bien ritmo que significado
(o bien el ritmo y el significado se separan por un momento
para volver a conectarse de manera distinta).
Su objetivo único es
fecundar las palabras en la cabeza
y meterlas en la boca.

Y así nace el pensamiento.
Y así nace el diálogo.
Y así nace el poema.



Madre, te has mudado a mis sueños

Tu imagen viva
madre mía,
tu rostro claro,
querida Zorka,
se han mudado a mis sueños.

Tan solo allí puedo
tocarte y es allí donde me dices:
“Olvidaos de esos monstruos, no
valen la pena. Despojaos
de las piedras del cuello, iros allí
donde podréis ser felices”.

Tengo nombres para todos querida Zorka,
y tú tenías líneas para todos. Quisiera
que las rayas de tu nombre
al menos una vez más reviviesen en mis letras,
que tus manos tiernas que
me acariciban, volviesen
a tocarme una vez más.

Los sueños son un viaje hacia ti.
tiento sin cesar si el billete sigue en mi bolso.
intento, constantemente, comprar en la estación
dos billetes de ida y vuelta,
pero no puedo.

Entre la vida y la muerte hay
un continente de sueños, donde los sobrevivientes
partimos a viajes nocturnos
para volver a tocar una vez más
a nuestros seres queridos.


Los árboles se levantan desnudos

Los árboles se levantan desnudos como grandiosos
resúmenes de las hojas que han partido.
La obra otoñal sigue su camino.

Vivimos en mantas apretadas de nuestras pieles.
Cuando los abandonamos para andar errando a través de
                                                      [pensamientos o versos,
nuestros cuerpos se preparan para el despojo de la temporada.



 Lectura de Taja Kramberger en el Festival Internacional de Poesía de Rosario

 

 

 

 

*TAJA KRAMBERGER (Eslovenia, 1970), poeta, traductora, editora, profesora universitaria e investigadora (Doctora en Historia y Antropología histórica), aboga en la esfera pública por los derechos humanos. Ha publicado nueve libros de poesía. Su obra fue galardonada con el premio Veronika 2007, premio de poesía. Vive en París.