Los poemas aquí reproducidos pertenecen al poemario No palabras, ediciones Gog y Magog, versión de Barbara Prejels, prólogo de Julia Sarachu, Bs Aires 2013
El naranjo
El naranjo en el huerto
sostiene menudos frutos verdes.
Tan solo ayer olían a
flores blancas, y hoy
tienen aspectos de
verdes abejorros impregnados
con la mano alzada y el pequeño
puño apretado.
Entre ayer y hoy,
entre el florecimiento y
la formación del cuerpo
se halla la diferencia
que es el motor de la poesía.
Una hilera de ocas
Las palabras dentro de la
cabeza son distintas
de las palabras en la boca y
las palabras en la boca son
distintas
de las palabras dentro de las
orejas.
Las palabras dentro de la
cabeza
actúan en silencio,
son intocables y están
intactas,
sin forma surgen y desaparecen.
Su reino no es del
todo la cabeza en la que
han aparecido.
Las palabras dentro de la boca
se hallan en la vía hasta el
sonido y la forma;
son como una caballería glotal
en ataque
que por pataleo rebota en la
cabeza.
Pero en el último momento
vuelven a distribuirse y
salen hacia fuera como ocas.
Las palabras dentro de las
orejas son
un picor agradable –más bien
vibración que sonido,
más bien ritmo que significado
(o bien el ritmo y el
significado se separan por un momento
para volver a conectarse de
manera distinta).
Su objetivo único es
fecundar las palabras en la
cabeza
y meterlas en la boca.
Y así nace el pensamiento.
Y así nace el diálogo.
Y así nace el poema.
Madre, te has mudado a mis sueños
Tu imagen viva
madre mía,
tu rostro claro,
querida Zorka,
se han mudado a mis sueños.
Tan solo allí puedo
tocarte y es allí donde me
dices:
“Olvidaos de esos monstruos, no
valen la pena. Despojaos
de las piedras del cuello, iros
allí
donde podréis ser felices”.
Tengo nombres para todos
querida Zorka,
y tú tenías líneas para todos.
Quisiera
que las rayas de tu nombre
al menos una vez más reviviesen
en mis letras,
que tus manos tiernas que
me acariciban, volviesen
a tocarme una vez más.
Los sueños son un viaje hacia
ti.
tiento sin cesar si el billete
sigue en mi bolso.
intento, constantemente,
comprar en la estación
dos billetes de ida y vuelta,
pero no puedo.
Entre la vida y la muerte hay
un continente de sueños, donde
los sobrevivientes
partimos a viajes nocturnos
para volver a tocar una vez más
a nuestros seres queridos.
Los
árboles se levantan desnudos
Los árboles se levantan
desnudos como grandiosos
resúmenes de las hojas que han
partido.
La obra otoñal sigue su camino.
Vivimos en mantas apretadas de
nuestras pieles.
Cuando los abandonamos para
andar errando a través de
[pensamientos o
versos,
nuestros cuerpos se preparan
para el despojo de la temporada.
Lectura de Taja Kramberger en el Festival Internacional de Poesía de Rosario
Lectura de Taja Kramberger en el Festival Internacional de Poesía de Rosario
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