
POETAS DE ROSARIO VIII
Claustrofobia
Lucha mi palabra, no engendrada. Quiere
que un niño la encuentre por la calle
y se la coma, la cante uno que trabaja.
Asfixia la forma, el fondo: punto
por donde el olvido pasa
y conmueve.
Intemperie
Como niño sin comida
me muero de tu frío.
Como todo niño de las calles
sobrevivo.
Quién nos canta la canción de cuna
que si no escuchamos ya
de nada servirá más adelante.
Madre
¿Un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?
Juan Gelman
Con los hinojos marchitos del jardín,
los pulmones negros, palomas podridas
en el cielo
salgo esta mañana. El tiempo es nada
cuando un niño sin zapatos pide algo
que quién sabe.
Caen
las puntas de pelo brillante en las caderas,
se detiene la calle para ver. Sin embargo
tanto quisiera gritar
el horror de mi infecto corazón,
de este niño que como perro me persigue.
Y no puedo ser su madre.
(de Gallina Ciega)
Ribereña
Años después de vivir contra el río,
lo que fluye persevera y purga.
En la orilla remedo todo pasado,
vuelvo al ruedo de mí misma.
A qué cuenco va el silencio
de los ceibales. Tarde en fuga.
Desde la isla refulge la dentadura
vertical de las torres donde antes
llanura y luego patios con jazmines.
En qué rincón quien espera y quien
no olvida.
Como el río arrastra lodos y ramajes,
me persigue siempre una pena.
Aún si brillo, palpita el sueño trunco.
¿Y si busco lo que no es posible?
¿Si han demolido también la casa
de los que me amaron, si ellos
ya no saben cómo encontrarme?
Falso Manhattan, la soledad era esto.
Yo que viví de espaldas al río,
hoy mi sangre transcurre e inunda.
Amarronada agua, siempre
adelante.
Primavera
Halaga el jazmín del país
como cada septiembre.
Moraleja blanca de la vida:
cavernosa voz de sus aromas
en el pequeño patio de baldosas
que resiste, con su antiguo
aire y hechura, el ímpetu
volcánico de la metrópoli.
Milagro, nuevo ciclo
de la tierra en los finos
filetes de las flores, tallando
a la enramada ramilletes.
Sensación de gratitud
ante semejante panorama.
Cómo pensar ahora a la ciudad
también en sus hedores,
en la moneda que resbaló
de manos del mendigo
por un temblor, viento
intenso de primavera, vahos
del alcohol de mala calidad
bebido cada noche mientras
regresamos a casa del trabajo
o vamos felices a una fiesta.
Y esa moneda rueda
hasta la alcantarilla, cae
por los ductos oscuros, corta
el moho con su filo, atraviesa
el centro mezclada con las heces,
conoce las veleidades de roedores
e insectos poco amables
a los humanos. Hasta llegar al río,
donde se hunde en la profundidad
del gigante que fluye.
Halaga el jazmín, dulce
y generoso entrega
por entero su belleza
también a los vecinos
y transeúntes. Acaso
al mendigo que extiende
su mano a veces, y sólo atino
a darle una moneda.
Posta
Qué saben de la primavera
quienes tanto la nombran.
Ni llano ni río para que el poema
provenga de Rosario. En su origen
una virgen, un altar, el palenque
para descanso de caballos
y gentes camino a la metrópolis.
Una misión contemporánea: averiguar
dónde están las mariposas (anuncian
la retirada del invierno). La señora
se preocupa porque los nuevos edificios
le tapan el sol, mientras caen obreros
al vacío y las orugas se extinguieron.
Busco a los poetas
en bares que conocí, soñé, me contaron.
Whisky hasta el amanecer, embebidos
de otras profesiones y oficios
se reían de sí, secretamente
envidiaban la sombra del vecino.
Los busco bajo las baldosas del centro
pues llegaban de los barrios al reducto
elegido, al buril del librero
que bruñía su próxima lectura.
Qué saben de la primavera
los que no entienden la poesía.
Donde la palabra daba vida
a la crisálida, torres clavan
su sombra y aún hay alguien
camino a ningún sitio
del que soy sólo su posta.
No cultivo el desencanto pero
cae la noche y todo lo que duele
es más doliente. Quizás por eso
susurra sus respuestas el olvido.
(Ribera, Primavera y Posta, poemas inéditos)
(*) Alicia Salinas (1976), Rosario. Licenciada en Comunicación Social, periodista, poeta y docente. Entre otras publicaciones literarias, sus poemas figuran en Cronopios (Brasil), Arquitrave (Colombia) y Revista Ricardo Reis (Uruguay). Participó en el Festival Internacional de Poesía de Rosario (Ed. 1997 y 2005), en el Encuentro de Escrituras de Maldonado, Uruguay (Ed. 2009) y en el Encuentro Internacional de Poesía “Teatro El Círculo”, Rosario (2010). En 2008 fue jurado del 27º concurso internacional de la poesía de Acebal, provincia de Santa Fe, con motivo de la fiesta anual de poesía “Plaza de los Poetas José Pedroni”.
Publicó: La sumergida (Poesía) Ed. Los Lanzallamas. Rosario, 2003; Gallina Ciega (Poesía) Ed. Ciudad Gótica. Rosario, 2009. En antologías: Los que siguen. Veintiún Poetas Rosarinos. Ed. Los Lanzallamas. Rosario, 2002; Dodecaedro (Poesía) Ed. del Concejo Deliberante de la Municipalidad de Rosario, 2004; PULPA. (Poesía) Gatogrillé Ediciones. Rosario, 2006; LAS 40. Poetas santafesinas 1922 – 1981. Ed. Ministerio de Innovación y Cultura y U.N.L. Santa Fe, 2008; Diecinueve de fondo (Poesía). Gatogrillé Ediciones. Rosario, 2008; Poetas del Tercer Mundo, Editorial Ciudad Gótica, Rosario, 2008; Segunda Selección de Poetas Argentinos, Asociación de Poetas Argentinos (APOA). Buenos Aires, 2009; Fin zona urbana (Poesía), en prensa.
Contacto: alines.alines@gmail.com