OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

lunes, 1 de agosto de 2022

FRESIAS DE OCTUBRE, Graciela Perosio

 




Fresias de octubre: apuntes de lectura

Por Marta Ortiz


Graciela Perosio, Fresias de octubre, Edit. El jardín de las delicias, Buenos Aires, 2022)


Con la cadencia de una conversación íntima, los poemas de Fresias de octubre se construyen al modo de entradas a un diario: partes de enferma repasan momentos-mojones fijados a la memoria ya por las dificultades enfrentadas, ya por un racimo de vivencias epifánicas ligadas a elementos relacionados con la música, la infancia, la obstinación de la vida, entre otros, durante el curso de la enfermedad. En su conjunto ofrecen una crónica sin atenuantes de las secuelas físicas y psíquicas habidas, superadas ya las alternativas de un cáncer, dolencia cuyo nombre en nuestro medio y pese a los infinitos avances científicos habidos‒, sigue siendo sinónimo de muerte: “qué fuerte es la presión del tabú / qué profundamente irracionales somos”.

     Un libro bello y valiente sobre un presente difícil de remontar cuya materia poética hace pie en el duro trance diario que conlleva atravesar síntomas invalidantes que no tienen nombre, asombrosos en primer término para la paciente imposibilitada de des-pacientarse frente a la dependencia de un contexto de deterioro y desidia de la salud pública. Demoras incomprensibles en el diagnóstico (superada la quimio, superada una neumonía, atrapados aun los profesionales en el prejuicio instalado de que todo síntoma ha de obedecer a una recidiva del cáncer), la presencia de un importante desorden en la tiroides pasa inadvertido. Diagnosticado a destiempo, el daño cardíaco remanente es irreversible. Lo arduo del presente logra apaciguarse cuando la poeta asocia e intercala memorias que fueron entrañables y reveladoras (diferenciadas en la caligrafía que abandona la letra cursiva utilizada en los poemas que remiten al presente). Así el recuerdo de Beatriz, hermana de Graciela secuestrada y desaparecida durante la última dictadura y/o pequeñas historias de infancia, ese paraíso perdido que, en tanto sucedía, no admitió pérdida alguna: “…en mi asustado corazón de siete años / un lugar sin pérdida posible”, en agudo contraste con la cronología reciente, cargada de pérdidas: “pierdo sangre mucha sangre / pierdo pierdo pierdo”.

      Fresias de octubre se estructura en torno a cinco jornadas que obedecen a una palabra-llave: frío, sangre, luz, sonido, corazón.

      La jornada del frío nos acerca a un invierno demasiado largo al que la visión de un simple ramito de fresias ofrecido en el kiosco de flores ‒las últimas de octubre‒, es la clave que destraba la operación de la escritura que comienza a fluir. Graciela Perosio ha dado con la cifra que la impulsará a recuperar la fuerza y la mística, la que le permitirá llevar adelante un proceso de escritura tan complejo como liberador “me propongo una íntima celebración / porque aún / aún / respiro”. Sabe que, como lo expresa Marguerite Duras en uno de los epígrafes citados: “No se puede escribir sin la fuerza del cuerpo. Hace falta ser más fuerte que uno mismo para abordar la escritura, hay que ser más fuerte que lo que se escribe.” 









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