OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

domingo, 7 de febrero de 2010

Quinta mujer académica de la Lengua, Soledad Puértolas


Un fragmento de Primeros recuerdos

(texto tomado de "Recuerdos de otra persona", Anagrama, Barcelona, 1996)


Dos escenarios se me confunden al tratar de localizar mis primeros recuerdos. Uno es un balcón que da a un patio de la vecindad y un cristal, puede que el de la puerta del mismo balcón, o tal vez una cristalera que protege parte del balcón. En cualquier caso yo estoy allí, en ese escenario y tengo, seguramente por primera vez, conciencia de mí misma. Hay ruidos y voces a mi alrededor y sé que no estoy sola, a lo mejor una criada, muy cerca de mí, lava la ropa en el pilón, y puede que mi hermana mayor ande cerca, hablando con la criada o asomada al patio, espiando los movimientos de la gente. Pero en la luz del sol que se refleja en ese cristal cuyo lugar exacto se me escapa, en los ruidos, en las voces, en la compañía cercana de por lo menos dos personas que están siempre junto a mí, me empiezo a distinguir yo, como un rumor que viene desde dentro y que se suma a todos los ruidos y las vidas del patio.

(por Soledad Puértolas)


Puértolas dice que sería contradictorio que en la RAE se entrara por cuotas

Por ANA MENDOZA. EFE | MADRID.

La escritora Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947), que anoche fue elegida académica de la Lengua, cree que si la Real Academia Española ha querido contar con ella no es por el hecho de que sea mujer sino porque esta institución valora «el riesgo que implica la aventura de la creación».
«No creo en las cuotas, sobre todo en estos aspectos de la cultura y de los reconocimientos culturales. Sería muy contradictorio que en la RAE se entrara por cuotas», asegura Puértolas en una entrevista en la que reconoce que estaba «impresionada» y «emocionada» por formar parte de una institución que hace «una labor tan importante» en pro del idioma.
Cuando el escritor Luis Mateo Díez, que respaldó su candidatura junto con José Antonio Pascual y Carmen Iglesias -«más no se puede pedir», bromea- le comentó que iban a proponerla como académica, sintió «una gran alegría. Fue algo que no me esperaba en absoluto».
«Personalmente es un honor y una satisfacción», señala Puértolas (Zaragoza, 1947), que está considerada una de las voces más destacadas de la narrativa española de las últimas décadas.
Aún no sabe bien qué podrá aportar a los trabajos de la Academia y desde luego «no serán los conocimientos eruditos que tiene un filólogo o un lingüista», comenta esta mujer que ha dejado sobradas pruebas de su maestría tanto en el campo de la novela y del relato como en el del ensayo.
Intuición y riesgo
«Lo mío será algo mucho más personal y subjetivo, como lo es la creación literaria; y algo más intuitivo, quizá más arriesgado». Y advierte a renglón seguido: «Los creadores siempre nos salimos un poco de la norma. Por su propia esencia buscamos y exploramos caminos nuevos».
Pero la autora de 'La vida oculta' está convencida de que si la RAE quiere contar entre sus miembros con novelistas y poetas es porque «tiene en cuenta el riesgo que implica la aventura de la creación».
A Soledad Puértolas le resulta «chocante» que a principios del siglos XXI sea noticia que una mujer ingrese en la Real Academia Española, pero es que en esta institución, que pronto cumplirá 300 años, sólo hay cuatro (Ana María Matute, Carmen Iglesias, Margarita Salas e Inés Fernández Ordóñez) y la incorporación de una nueva suscita interés.
Esa escasa presencia femenina la atribuye a que, «en su origen, la Academia es una institución dieciochesca (de 1713) y la Ilustración fue un movimiento muy masculino; se burlaban mucho de las mujeres», comenta.
Lento proceso
«No es tan fácil cambiar algo así. En esa época no se les pasaba por la cabeza que una mujer pudiera estar en ese grupo». Las cosas han mejorado, pero se trata de «un proceso que va lento» y que no afecta sólo a la Academia sino a otros muchos ámbitos.
«Creo que el problema es que a la mujer se le ve primero como mujer y luego como escritora o lo que sea, cuando lo lógico sería que no se nos juzgara por el hecho de ser hombres o mujeres sino por nuestras obras», afirma esta escritora que ha merecido premios como el Planeta, el Anagrama de Ensayo o el de las Letras Aragonesas.
Lo que no tiene sentido en su opinión es que en la Academia se entre por cuotas. La autora de 'El bandido doblemente armado', 'Queda la noche' o 'Adiós a las novias' no cree en ellas y asegura que «sería muy contradictorio el forzar una situación, dado que estamos hablando de la creación, de una labor individual».

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