Se presentó en bar Lennon (cultura y café), Urquiza esq. Paraguay, Rosario, el sabado 18 de agosto. Participaron del acto su director: David Fuks, miembros del staff de la revista: Graciela Aletta de Sylvas, Ma Cecilia Micetich, Marta Ortiz, el poeta salteño Leopoldo "Teuco" Castilla, y los invitados especiales: Elena Tardonato Faliere, Eduardo D'Anna, Enrique Gallego, Humberto Lobbosco. Músicos invitados: José Luis Gallardo, Andrés Guzmán, Facundo Madrid, Sebastián Rodríguez.
Más allá de presentarse como proyecto
cultural en línea con otras revistas rosarinas que privilegian difundir autores
valiosos por su contribución a la literatura y otras artes, tanto como por su compromiso
con un ideal humanista, Étimos cuenta
con dos atributos fundamentales: es un objeto llamativo y portátil. Portátil por
su formato tabloide decidido tras numerosas idas y vueltas, solución salomónica
que permitió finalmente editar el primer número logrando un efecto estético más
que satisfactorio, al que se agrega el plus de su material flexible que permite
manipularlo con facilidad y aún doblar en dos o en cuatro y leer en cualquier
sitio y postura, además de caber tanto en una carpeta como en la cartera de la
dama o en el generoso bolsillo masculino.
Me limito a comentar los títulos.
Étimos: primera
elección, remite al intento de reunir palabras, a la idea de abrir un diálogo multitonal
entre literatura y otras producciones culturales. “A la búsqueda de las voces
originales que albergamos”, dice el eslogan. Pero no solo voces locales o
regionales; Étimos se plantea borrar
fronteras, incorporar también voces nacionales y extranjeras poco difundidas en
nuestro medio.
Me gustan la apertura
y también el cierre de este primer número; alfa y omega. El cuerpo textual de
la revista queda para otros análisis o para degustar en la lectura individual. El
tabloide cierra con la aclaración que se ofrece al lector en las dos últimas páginas:
cómo se titularon las secciones, o, dicho de otra manera, de cómo algunos
intertextos eligieron los títulos que articulan el orden interno de Étimos.
Se sabe que cuando
escribimos lo hacemos con toda nuestra mochila de lecturas incorporadas; una “voz
nueva” es el crisol que funde lo propio y lo ajeno, lo leído y la mirada “nueva”,
en su versión reciclada en nuevo contexto. Y el entramado que se ofrece en Étimos no es excepción, sino que
confirma la regla. Así, el título del primer apartado que incluye ensayos y artículos de fondo, alude a un verso de Paul Celan:
…la palabra lograda al silencio (:
memoria histórica, verdad y ficción). Y esto es absolutamente cierto. Las ciento
treinta y cuatro páginas de Étimos funcionan
como un escaparate o exhibidor de palabras logradas, que es como decir robadas al
silencio: palabra de poetas, narradores, ensayistas, sociólogos, filósofos… Étimos destaca, y sigo acá el hilo del mismo
poema de Celan Argumentum et silentio:
“la palabra sobrevolada de estrellas /sobrevolada de mar”, que fije la memoria y alimente, por
oposición a otra clase de palabras que: “… / prostituidas por las orejas de los
desolladores / también trepan por el tiempo y los tiempos”.
La trama de
intertextos aludidos continúa en la sección: Entre pueblos y horizontes altamente asomados, que encuentra su antecedente
en un poema de Facundo Marull –de Ciudad en sábado–, el verso que dice: “Paraná hermano, abierto camino entre
pueblos y horizontes altamente asomados”
(y aquí lo que asoman son cuentos y poemas producidos en Rosario y su
Región, sin olvidar su marca de agua que abraza: el río Paraná). Otra sección, Cuerdas en tierra y aire, toma
prestado su nombre de un libro de poemas de Ma Cecilia Micetich, bella metáfora
que enlaza música y literatura. Podemos agregar, la referencia a un texto de
Deleuze y Guattari, apto para apoyar la especulación sobre la potencialidad del devenir animal, que
da nombre a otra sección.
Hay espacio también
para la traducción, la reseña y el rescate de textos. Mucha tela para cortar, vale meterse en este cuerpo textual, recorrerlo, descubrirlo. Es un camino de
sorpresas.
por Marta Ortiz
por Marta Ortiz
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