Territorios (Ediciones del Dock,
Buenos Aires, 2012)
Una mirada sobre losTerritorios de Catalina Boccardo
por Marta Ortiz
Quizá muy poco o nada se pueda agregar a la lectura del poemario. Poco o nada: decir
algo implicaría intervenir, intercambiar, operar sobre las palabras intensas y siempre ambigüas, con la
intención de captar el sismo, la movilización interna, descorrer el velo al sagrado
misterio que le dio origen, indagar aquello que la poeta tampoco podría explicar, sino en forma fragmentaria y asociativa, y nada sería suficiente. Quizá no sea necesario explicar nada, porque basta hurgar en los poemas para sentir el mareo de la propia con-moción, porque quizá mucho más dice la lectura atenta de este tejido textual que me busca, que cualquier exégesis.
Quizá no sea posible poner un vallado que indique la conquista del territorio de una poesía donde cada
palabra es reverbero, estallido, lugar donde al lector le está permitido entrar en el juego de las
marcas territoriales sobre lo escrito.
Hay un campo
virtual que se abre a punta de obsidiana: la palabra por sí sola alude a la cultura extraña, y el avance en la lectura, confirma el topónimo: México. Y el contacto a través de un corredor cibernético. Distancia y contacto. El cuerpo escribe la
letra y la letra escribe el / los cuerpos: “imperceptibles yemas / aguardan la
penetración / de una frase”.
Un cuerpo es un territorio a conquistar, y una página en blanco lo es, y
una pantalla. Se avanza pisando con cautela, a veces en zigzag, cuidando la
retaguardia, fijando el límite que (al modo animal, o remitiendo al animal que
somos: “soy ese animal que te comparte”), funda la existencia del yo que escribe. El cuerpo planta bandera,
conquista. O permite que otras banderas se claven en su geografía, si se admite la
dominación, la conquista ajena.
Es sobre esta clase de territorio –que se expresa en un lenguaje que
también busca fijarse y exceder su límite, lenguaje que es también marca
territorial, marca de voz propia–, donde se funda este poemario de Catalina Boccardo.
Se abren muchos más interrogantes que los que se cierran, ejercicio
constante de avance y retroceso, cada palabra es un bautismo, una marca de
nacimiento, de deseo, de conjetura. sello indistinto de posesión o desalojo, pero siempre es nombrar
lo recién descubierto. Como quien por primera vez pisa un terreno virgen.
Lugar de poesía donde la elipsis dice más que lo dicho, donde el
silencio se oye como un bajo continuo asordinado o como un estruendo, como el bramido del mar, según.
7
¿una tristeza cálida
tomándote del cuello?
¿una tristeza hace
brotar
orquídeas
imperceptibles?
enardecidos reclamos
tus enredaderas hacia
mí.
11
sin fronteras
no podremos
proclamarnos
ni siquiera amantes
no habrá un sol
poderoso
la dorada institución
apenas sexos
sin territorio propio
15
hemos amanecido
plantas de vidrio
encendidas
por un
vendaval
manos a punto
nos socorrimos
nos prometimos
salvación
medio muertos
la tierra nos tragara
es irremediable
una mujer y un hombre
toman
sus cuerpos hasta el
último sorbo
20
y esa necesidad de
escribir
aquello imposible
los mensajes no llegan
(no despierto con tu
pensamiento
encajando los míos)
tu modo extraño
a la deriva de objetos
y personas
cada noche soledad de
hierro
nada sujeta la pantalla
de un ordenador
o “tocarnos con las
yemas de los dedos”
30
no hay cita aquí a la
vuelta
las manos rozan
el desequilibrio de la
realidad
y una voz de hombre
grave
tu admiración a cuestas
llegan al teléfono
me convierten
soy objeto de un país
despiadado
que construís con
palabras
Catalina Boccardo, nació en Buenos Aires (CABA)
Abogada en Violencia Familiar, ha dictado seminarios sobre esta temática en diversas instituciones; ex miembro del comité de Bioética de la S.A.U. Docente y tutora en instituciones de nivel medio.
Participó de los grupos-taller "Gente de lunes" y "El tren de la palabra". Publicó en la antología de "Gente de lunes", en fanzines, revistas en soporte papel y virtuales, y en blogs.
Participó en el Festival de poesía en la escuela 2010 y 2011, y en la Lectura en el Congreso de DDHH y Salud Mental, 2010. Publicó "El jardín santo" (ediciones en danza), y "Territorios" (ediciones del Dock, 2012).
Abogada en Violencia Familiar, ha dictado seminarios sobre esta temática en diversas instituciones; ex miembro del comité de Bioética de la S.A.U. Docente y tutora en instituciones de nivel medio.
Participó de los grupos-taller "Gente de lunes" y "El tren de la palabra". Publicó en la antología de "Gente de lunes", en fanzines, revistas en soporte papel y virtuales, y en blogs.
Participó en el Festival de poesía en la escuela 2010 y 2011, y en la Lectura en el Congreso de DDHH y Salud Mental, 2010. Publicó "El jardín santo" (ediciones en danza), y "Territorios" (ediciones del Dock, 2012).
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