Poetas de Rosario XXXIII
Poemas
para Chiro
GRULLAS
Pasaron
las. Film. Tatiana
Samóilova,
jugando al ping-pong
en
pantalones, en un documental
soviético.
Hermosa. La película
la
vi mucho después. Grullas, nunca.
AUTOS
El
auto era algo que, parece,
se
había tenido. El auto
aparecía
en los viajes, entre
polvaredas,
se iba armando
alrededor;
siempre que no se fuera
en
tren, naturalmente.
Pero
ya era pasado legendario.
La
entrada, despacio, a un taller.
El
regreso a pie.
La
tarde que caía
al
fondo de la calle.
BOGA
¿Que
una comida fuera
peligrosa?
Las espinas,
con
cuidado, decía
mi
padre, y yo imaginaba
terribles
sufrimientos,
inauditas
postergaciones.
¿Por
qué complicarse
la
vida así? pensaba.
Si
hay otros platos...
El
peligro, el peligro,
subido
a nuestra mesa.
LUZ
Luz.
“No hay luz”,
dice,
probablemente,
mi
madre, levantando
y
bajando el interruptor
un
día que hubo
corte:
y así yo aprendo,
cuando
no hay,
qué
es la luz.
NÚMEROS
El
dieciocho era un tranvía.
El
tres eran estrellas con nombre
propio.
Mi mamá
no
quería decir dos veces
las
cosas: de ahí, también,
la
unidad; de ahí la decena,
la
centena. Pero cien
era
“cien por hora”; o sea,
Fangio.
El dos era
asimismo
“tomate
el
dos”, echar a alguien.
Cuatro
llegaron a ser
amigos,
malas notas,
lo
demás era más bien
incomprensible.
PUERTO
Puerto
no era puerta.
Éste
estaba fuera. Llegaba
el
hollín del puerto. “Es
el
hollín del puerto”, decía
mi
madre. Sería
de
las chimeneas
de
los barcos. ¿Y cómo
sabía
yo que en el puerto
había
barcos? Posiblemente
lo
había leído. En el puerto
ya
no había barcos.
O,
por lo menos, así
lo
decían todos. ¿Y el
hollín?
¿Y las sirenas
de
los barcos, que gritaban
el
Año Nuevo? Un día,
al
final, fuimos al puerto:
había
grúas, había sol, había
galpones.
A lo mejor
también
había barcos.
No
me acuerdo.
(los poemas aquí reproducidos son inéditos)
(*) Eduardo
D’Anna nació en Rosario (Argentina) en 1948.
Ha publicado una docena de libros de poesía, los ensayos “Nadie cerca o
lejos” y “Capital de anda”, sobre la cultura de su país y el papel de su ciudad
en la misma, y una novela (La jueza muerta, Ed. De la Flor, Bs. As., 2001). Los
poemas aquí reproducidos pertenecen al libro inédito: “Etimologías”, del cual
ha señalado el autor: “así como San Isidoro quería hacer la historia del mundo
haciendo la historia de las palabras, yo quise hacer algo así como la historia
de mi vida contando cuando aprendí lo que quería decir cada palabra”.
7 comentarios:
gracias Marta, por esta selección de poemas que nos hacen volar otra vez...
1Marta:
Gran idea,hacernos llegar los poemas elegidos de Eduardo D´Anna.
Llenos de frescura y un gran paisajismo poético( algunos remiten obligadamente a llo visual) Son sencillamente Exelentes.
Gracias,querida poeta.
Poesía de la mejor, como siempre. ¡Gracias, Marta!
Excelente poesía, sí, y, como ya expresé en algún sitio, recuerdos de infancia entre los cincuenta y sesenta que para mí son entrañables, una puertita que abre a la memoria...
Gracias por pasar y dejar huella, Mariel,Jorge,Carlos.
Buenas tardes Marta! Pasé por tu intesante blog lierario para disfrutar del contenido poético. Estos poemas de Eduardo D’e Anna me facinó, porque me indentifico con su visión contemporánea.
Un abrazo.
Bienvenido Daniel!! gracias por pasar y por tus palabras. Celebro que disfrutes el contenido poético del blog y comparto tu opinión acerca de la poesía de D'Anna. abrazo
Esta es la mejor poesía que leyeron? Qué poco han leído?
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